Introducción
En este estudio examinamos los textos en Hechos, las epístolas y Apocalipsis donde los apóstoles advierten acerca de los demonios. Dos de estas citas – Santiago 2:19 y 1 Timoteo 4:1 – son importantes porque los creyentes en la existencia de los demonios los presentan como algo real. Otras referencias no presentan apoyo a una creencia en los demonios. En los Hechos y 1 Corintios, Pablo es muy hostil hacia una creencia en los demonios. En Apocalipsis, las alusiones a los demonios representan su uso simbólico con respecto a las realidades políticas.
En Atenas
Mientras Pablo estuvo en Atenas observó “la ciudad entregada a la idolatría” (Hechos 17:16). Su predicación en aquella ciudad provocó la conclusión de los filósofos griegos que “es predicador de nuevos dioses (demonios) (Hechos 17:18). Pablo contrasta su creencia con el “dios no conocido” (Hechos 17:23). Luego continúa con:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas…no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.” (Hechos 17:24, 29)
Su argumento es importante porque demuestra que Pablo consideró sus creencias en dioses y demonios como idolatría. Pablo desciende una creencia en los demonios al estatus de pedazos de madera y piedra. Entonces, ¿Por qué no dice que los demonios no existen? No lo dice. Su método de argüir es indirecto siguiendo la manera de los profetas en el Antiguo Testamento. Ruega que dejen la idolatría y adoren al Único verdadero Dios. Pablo sostiene que sus dioses son ídolos y en esta manera demuestra que tales seres no existen.
Las enseñanzas de Pablo en sus cartas siguen de acuerdo con lo explicado arriba.
- Primeramente, Pablo habla de la vida anterior de los corintios.“Cuando erais gentiles se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.” (1 Corintios 12:2). Pablo subrayó el mismo mensaje de los profetas del Antiguo Testamento – “los ídolos son mudos”.
- Segundo, Pablo explica que “un ídolo nada es en el mundo” (1 Corintios 8:4). Otra vez tenemos el mismo mensaje de los profetas del Antiguo Testamento. Inmediatamente el apóstol sigue con la afirmación que “no hay más que un Dios”. Aunque son llamados “dioses”, existe un Dios verdadero (1 Corintios 8:5).
Asuntos del compañerismo cristiano
En 1 Corintios 10:20, Pablo advierte “no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios”. Se razona que los demonios deben existir si hay la posibilidad de participar con ellos en los templos. Pueden ser representados en los templos por ídolos pero no debemos igualar los demonios con los ídolos. La palabra “ídolo” no es sinónimo de la palabra “demonio”. Los demonios son el poder detrás de los ídolos. Hay que considerar lo que Pablo escribió:
“¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que es algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que aquello que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.” (1 Corintios 10:19-21)
Cuando se hacía un sacrificio se le devolvía al que lo ofrecía una parte de la carne para que hiciera una fiesta. En tal fiesta se creía que el dios estaba presente porque después de sacrificar el animal, el mismo dios tomaba posesión de la carne y en el banquete entraba en los cuerpos de los que la comían. Creían que entraban en una comunión íntima con el dios. Para los griegos cada manantial, seto, montaña, árbol, corriente, estanque, roca o lugar tenía su demonio. Todo el mundo estaba abarrotado de demonios. El culto de los ídolos ponía a la gente en contacto, no con Dios, sino con los demonios. El ídolo representa un demonio. Aunque los ídolos o las cosas ofrecidas a los ídolos no son nada, tales ofrendas son para demonios y no para Dios. Por eso están equivocados al participar en las fiestas en los templos.
Se puede imaginar el argumento de los corintios:
“Puedo comer en los templos de los ídolos porque “un ídolo nada es en el mundo”.
Aunque el ídolo no es nada y la comida no es nada (no es santificada ni especial) el comer todavía es compartir con los demonios. Por ejemplo, la adoración de Moloc no cesa de ser la adoración a Moloc si Moloc no existe.
Finalmente, en este pasaje, Pablo sin duda iguala los ídolos con los demonios en una forma especial. Habla de un “sacrificio a los ídolos” y un “sacrificio a los demonios” como descripciones del mismo hecho. Con esta ecuación entra la discusión en el Antiguo Testamento de los dioses de las naciones. Estos dioses son representados por los ídolos, pero el argumento profético es que “un ídolo nada es en el mundo”. Naturalmente eran algo – madera y piedra. La retórica aquí es que los ídolos representan nada. Así, Pablo razona que los demonios no existen.
Decir los demonios son ídolos, es decir que los demonios son nada más que ídolos. Está un ídolo pero no está un dios detrás del ídolo. Hay que recordar que la palabra “ídolo” no es sinónimo de la palabra “demonio”.
Los demonios tiemblan
Encontramos otra supuesta prueba de la existencia de los demonios en lo que Santiago escribe en su carta:
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19)
Si nos enfocamos solamente en este versículo, debemos aceptar que Santiago presupone la existencia de los demonios. Sin embargo, el contexto de este versículo indica que Santiago conduce un debate dentro de dos adversarios hipotéticos. Este versículo 19 forma parte del argumento de uno de los adversarios.
Esta parte de la carta tiene la siguiente estructura:
“…si alguno dice…” (v.14) El punto de vista – “sólo la fe”
“Pero alguno dirá…” (v.18) El punto de vista – “sólo las obras”
“Pero quieres saber, hombre vano…” (v.20)
Santiago contesta la arrogancia del hombre “Yo tengo fe” en versículo 17 cuando dice: “Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.”. Luego introduce un argumento de otra clase de hombre quien basa su confianza en las obras. El hombre de “solo la fe” se expone a los ataques de los hombres quienes ponen su confianza en las obras. Santiago presenta la respuesta de un hombre de solo las obras identificándole como “Pero alguno dirá…” ¿Qué dice este hombre?
“…Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras».: «Tú tienes fe y yo tengo obras…”
Aquí el “sólo las obras” hombre dirige la palabra al “solo la fe” hombre como la persona que pretende tener la fe. Por contraste, pretende tener obras. Su postura es de una persona que estima en una manera las obras sobre la fe. Su siguiente declaración tiene base en la que construye más énfasis de las obras.
“Muéstrame tu fe sin tus obras…”
Aquí está un desafío para el “solo la fe” hombre. Tiene que demostrar su fe sin mencionar las obras. Su propósito es probar que las obras son más importantes. Continua:
“…yo te mostraré mi fe por mis obras…”
El “solo las obras” hombre tiene la fe pero consiste en sus obras. El tono de lo que sigue es sarcástico (v.19):
“Tú crees que Dios es uno; bien haces…”
Continua hablando con el “solo la fe” hombre que crea (tiene fe) en Dios. Añade otra observación:
“También los demonios creen (tienen fe), y tiemblan.”
Esta frase pertenece al “solo las obras” hombre y forma parte de su argumento con el propósito de ridiculizar el “solo la fe” hombre.
En el próximo versículo, Santiago dirige la palabra al “solo la fe” hombre (v.20):
“¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta?”
Santiago pone a un lado los argumentos de los versículos 18 y 19 y presenta más ejemplos de cómo las obras resultan de la verdadera fe. Este énfasis ubica la fe en el primer plano con una consecuencia natural de las obras.
De este análisis salen los puntos siguientes:
En v. 19 Santiago no profesa una creencia en los demonios. Presenta un argumento hipotético expresado en su tiempo.
En v.19 Santiago construye una comparación retórica para impresionar. Y la impresión que trata de presentar es un reconocimiento de algo más de una creencia en Dios.
En v.19 la comparación de Santiago contiene un aspecto sarcástico – “aún los demonios creen”
Basado en esta explicación, la referencia a los demonios no es diferente de la referencia que Jesús hizo de Beelzebú (Pregunta 17) Jesús simplemente usó el mismo argumento que sus adversarios pero no quiere decir que creía en ellos. Santiago también empleó la misma creencia de su tiempo.
Doctrinas de demonios
Se usa el siguiente versículo de la carta de Pablo para probar que los demonios enseñaron doctrinas y por eso constituyó una grave amenaza para la iglesia.
“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” (1 Timoteo 4:1)
Se entiende que de este versículo comprendemos que los demonios tienen inteligencia y creencias y por eso Pablo creía en demonios.
¿Qué quiere decir “de demonios”? Aquí están unas traducciones de esta frase:
“…doctrinas de demonios…” (R-V ¨95; La Biblia de las Américas)
“…doctrinas diabólicas…” (Biblia de Jerusalén; NVI
“…enseñanzas de los demonios…” (Nacar-Colunga)
Las diferentes traducciones indican una dificultad de interpretación. ¿El contexto nos ayuda a determinar si estamos ante:
un objetivo – una doctrina acerca de demonios – o
un subjetivo – una doctrina que pertenece a demonios?
Aquí están dos ejemplos para clarificar el asunto:
El sentido objetivo: “de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” (Hebreos 6:2)
El sentido sujetivo: “Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso.” (Colosenses 2:22)
La mayoría de los comentaristas comprenden este versículo en el sentido subjetivo.
El sentido subjetivo
Un ejemplo de esta forma de interpretación se nota en el comentario de Barclay
“A la iglesia de Éfeso tales falsos maestros ya habían llegado. La manera como se presenta en este pasaje su enseñanza fraudulenta nos debe hacer pensar muy en serio. En aquel entonces se creía en espíritus malignos que asediaban el aire y se proponían destruir a las personas. Era de ellos de quienes procedía esta falsa enseñanza. Pero aunque venía de los demonios, venía por medio de hombres.”
El sentido objetivo
Barclay enseña que las doctrinas vinieron “de los demonios”. En el sentido objetivo, los hombres son los “espíritus engañadores” que enseñan las doctrinas acerca de los demonios. La palabra traducida “engañador” (griego:planos) en el Nuevo Testamento se refiere a seres humanos:
“y le dijeron:—Señor, nos acordamos que aquel mentiroso, estando en vida, dijo: “Después de tres días resucitaré” (Mateo 27:63)
“por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces.” (2 Corintios 6:8)
“Muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.” (2 Juan 7)
Pero, ¿qué pasa con la palabra “espíritu”? También se nota que esta palabra se refiere a personas.
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” (1 Juan 4:1)
“Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas.” (1 Corintios 14:32)
La advertencia de Pablo con respecto de los “espíritus engañadores” es contra los falsos profetas. Esta frase de “espíritu” se relaciona con personas para enfatizar su falso comportamiento profético.
Un punto adicional viene de la traducción de la Versión Septuaginta de Jeremías 23:32. Encontramos la palabra griega “planos” con respecto de los falsos profetas y su doctrina:
“por esto he aquí yo a los profetas, los que profetizan sueños mentirosos y los cuentan, y extravían a mi pueblo en los embustes de ellos y en los extravíos de ellos; y yo no los he enviado y no les he mandado y con provecho no aprovecharán a este pueblo.”
Claramente se refiere a seres humanos.
Finalmente, Pablo dice:
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.” (1 Timoteo 4:16)
En este versículo identificamos personas conjuntamente con doctrina. Por eso es razonable que interpretemos 1 Timoteo 4:1 en la misma manera – los seres humanos conjuntamente con doctrina.
Apocalipsis
Demonios son mencionados en varios pasajes en el Libro de Apocalipsis. Este libro contiene mucho simbolismo. Por eso es difícil valorar las referencias de los demonios como evidencia de su existencia. También, en este mismo libro, hay alusiones a bestias, ranas y dragones – es difícil aceptarlos literalmente.
En el siguiente versículo identificamos demonios relacionados con ídolos:
“Los demás hombres, los que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos ni dejaron de adorar a los demonios y a las imágenes de oro, plata, bronce, piedra y madera, las cuales no pueden ver ni oir ni andar.” (Apocalipsis 9:20)
Los profetas en el Antiguo Testamento (de los siglos VII y VIII a.C) hablaron de los dioses de las naciones vecinas de Israel. Aquí el apóstol habla dela misma manera, pero esta vez se refieren a los demonios. Hay que apuntar lo siguiente:
- Demonios son relacionados con ídolos
- La referencia a demonios viene inmediatamente después de la frase “las obras de sus manos”.
- No son los ídolos que “no pueden ver ni oir ni andar” sino es el demonio.
Comprendemos de este pasaje que los ídolos no representan nada. Concuerda con lo que hemos aprendido del la enseñanza del Antiguo Testamento, Hechos 17:18 y 1 Corintios 10:20.
En Apocalipsis aprendemos que demonios son espíritus:
“Vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos semejantes a ranas. Son espíritus de demonios, que hacen señales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 16:13-14)
Estos versículos describen demonios que reúnen las naciones. No son ídolos de madera y piedra. Si tomamos literalmente esta descripción, los demonios son espíritus de animales (espíritus de ranas). En el mundo del primer siglo, los espíritus de los animales eran un tipo de demonio. Estos espíritus salieron “de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta”. Estos demonios no poseen a los reyes, pero van a los reyes. ¿Qué son estos demonios? ¿Son seres sobrenaturales? ¿Son aquellos de donde se originaron la bestia, el dragón y el profeta falso seres literales?
“Clamó con voz potente, diciendo: «¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible” (Apocalipsis 18:2)
Este versículo describe la morada de los demonios – una ciudad como una prisión o jaula. Otra vez, estos no son de madera o piedra. ¿Qué son estos demonios?
La utilización de símbolos extraños y del lenguaje figurado, en general, dificultan la interpretación de este importante libro. Este problema ha dado lugar a la formación de varias escuelas o grupos que pretenden establecer el significado del libro. Aquí nombramos tres:
- La escuela preterista: El vocablo “preterista” significa “perteneciente al pasado”. Según esta escuela, el Apocalipsis se cumplió alrededor de los eventos políticos y religiosos del año 70 d.C.
- La escuela futurista: Según esta escuela, el Apocalipsis se cumplirá en el futuro antes y después del regreso de Cristo.
- La escuela histórica continua: Es el concepto de que el Apocalipsis presenta de manera ininterumpida la historia de la iglesia desde la primera hasta la segunda venida de Cristo.
En estos comentarios no se aplica el lenguaje de las bestias, dragones y demonios literalmente como descriptivos de una esfera sobrenatural. Son representados por las realidades políticas. Nos parece razonable proponer que si las realidades políticas y religiosas son representadas por la palabra “demonios”, el texto no se refiere a demonios sobrenaturales. Mejor dicho, se usa la noción de un demonio sobrenatural para describir los acontecimientos naturales.
Conclusión
En lugar del apoyo a una creencia en demonios, los textos en este estudio están contra semejante creencia. Pablo despliega las invectivas usuales del Antiguo Testamento contra los ídolos. en El libro de Apocalipsis contiene demasiadas figuras simbólicas para desarrollar una doctrina de demonios. Mientras Santiago menciona demonios, lo hace por medio de una “tercera persona” para sostener el argumento. Su propósito es establecer: La fe sin obras es muerta”.